El hotel se encuentra en una zona tranquila, pero a solo 10-15 minutos en autobús del centro, lo que es muy conveniente. Además, el personal es extremadamente amable y siempre dispuesto a ayudar. Las habitaciones son espaciosas y cuentan con comodidades modernas como una buena ducha y un cargador inalámbrico.

La limpieza no se realizaba a diario, lo que disminuyó un poco la calidad de la estancia.

Me alojé en el Kildonan alojamiento y la atención del personal fue excelente. La ubicación es buena, a solo 10-15 minutos en autobús del centro de la ciudad. Además, el desayuno escocés me dejó muy satisfecho. Me gustó que la habitación tenía un encanto clásico, a pesar de que algunas instalaciones necesitan actualización.

recomendado

Todo bien, pero el desayuno es limitado.

El hotel tiene un encanto histórico que es difícil de encontrar.

Las habitaciones son más pequeñas de lo que esperaba, y la limpieza deja mucho que desear, ya que solo se limitan a hacer las camas sin una limpieza a fondo. Además, el desayuno fue una gran decepción, ya que la opción no era buffet, y la calidad del café era muy poor. Recibimos una atención limitada durante el desayuno, lo que hizo que cada mañana se sintiera algo frustrante.

Dificultades de acceso a algunas habitaciones, decoración victorianamente encantadora, tecnología moderna con cargadores inalámbricos.

El hotel necesita urgentemente renovaciones por todo, desde las habitaciones hasta el mantenimiento general. La falta de ascensor puede ser un gran inconveniente. ¡Esperaría mucho más de un lugar que presume ser especial!!!

Una experiencia fantástica en un acogedor hotel con un ambiente impresionante. La ducha fue increíble y el desayuno a la carta, delicioso. Fácil acceso al transporte público. 😊

super recomendado para una breve estancia de fin de semana

Encantador hotel, agradable personal, el desayuno delicioso, donde disfruté de un variado menú cada mañana junto a un cómodo salón ideal para relajarse, además el hotel está a solo 10-15 minutos en autobús del centro, lo que hace fácil explorar la ciudad.

Imposible encontrar algo.

Un remanso de paz en Edimburgo

El hotel Kildonan tiene un encanto victoriano que realmente te transporta en el tiempo. El personal es increíble, siempre atento y amable. Disfrutamos de un delicioso desayuno cocinado a pedido, y la habitación era muy cómoda, con un detalle especial de recibir jerez y shortbread al llegar. Además, la zona es tranquila pero con fácil acceso al centro de la ciudad en autobús.

La limpieza de la habitación no fue tan exhaustiva como esperaba, solo se limitaban a hacer las camas. Además, a veces había problemas de presión en la ducha, lo que resultaba un poco incómodo. Aunque la ubicación es buena, está un poco alejada del centro y el acceso puede ser un desafío para quienes no están acostumbrados al transporte público.

El entorno del hotel es realmente acogedor, y la atención del personal fue sobresaliente, destacando su esfuerzo por personalizar el servicio. Las habitaciones eran cómodas y espaciosas, aunque el desayuno podría mejorar en variedad. La ubicación, aunque tranquila, no está tan cerca del centro como se desearía.

Recomiendo preguntar por el horario del desayuno al momento de la llegada, ya que puede haber confusión sobre las opciones y tiempos.

La ducha tenía una presión increíble.

caminatas fáciles hacia atracciones imperdibles

Mi estancia fue increíble gracias a la atención excepcional de los empleados, quienes se aseguraron de que nos sintiéramos como en casa desde el primer momento, además, la ubicación facilita el acceso a maravillas como el Palacio de Holyroodhouse y los Jardines de Princes Street, perfectos para pasear.

Me quedé tres noches en un lugar donde el desayuno escocés fue un buen comienzo del día. El transporte público no está lejos, y en diez minutos llegué al centro. Me gusta explorar y no tuve problemas en moverse por la ciudad. Sin duda, volvería.

No es tan cerca del centro, pero el acceso es bueno.

Recomendado para parejas románticas

La atención de los empleados fue increíble. La chica del desayuno ya se acordaba de nuestras preferencias al segundo día, lo que hace que te sientas especial, como si fueras parte de una familia. Además, la habitación era espaciosa y el baño tenía una ducha potente, lo que me ayudó a relajarme después de un día explorando.

No fue barato, pero valió la pena.